Se revelan detalles de la vida personal de Marilyn Monroe
Marilyn Monroe es un nombre que todo el mundo conoce. Marilyn Monroe, una de las celebridades más famosas de Hollywood de todos los tiempos y una belleza atemporal, fue amada y adorada por los fans durante su época y lo sigue siendo hoy en día. Sin embargo, su vida no siempre fue brillante y glamurosa. Nacida como Norma Jean Baker en una pequeña ciudad y de madre soltera, su infancia fue dura. Cuidar de Marilyn fue demasiado para Gladys, una madre soltera con problemas mentales, y sufrió un colapso mental. La internaron y Marilyn tuvo que vivir en una casa de acogida. Con los años, Marily aprendió a valerse por sí misma y acabó alistándose en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, donde trabajó montando aviones no tripulados. Allí fue descubierta por un fotógrafo y su vida cambió por completo…
Bajo el bisturí
Naturalmente, el mundo ansiaba conocer hasta el más mínimo detalle de la vida personal de Marilyn Monroe, ansia que no hizo más que crecer tras su prematura muerte. Aun así, Marilyn se las arregló para mantener algunos detalles íntimos alejados de la esfera pública.
Marilyn no era ajena a la cirugía plástica: se operó la nariz y se puso un implante de mentón para cambiar su estructura facial. Marilyn fue muy valiente al someterse al bisturí, ya que la cirugía plástica en los años 50 no estaba tan avanzada como ahora.
El asunto Einstein
Aunque en sus películas Marilyn siempre aparecía como una bomba rubia y descerebrada (un personaje que ella odiaba), en realidad era todo lo contrario.
Se dice que tenía un coeficiente intelectual de más de 160, aunque no hay pruebas de que se sometiera a la prueba estandarizada. Aun así, esa puntuación se considera la de un genio. También se rumoreó que Monroe había intimado con Einstein, aunque es difícil saber si estos rumores tenían algún fundamento.
Trabajando con explosivos
Durante la guerra, Marilyn trabajó en una fábrica de explosivos y, curiosamente, estas fotos suyas son las que inicialmente pusieron en marcha su carrera.
David Conover, fotógrafo del ejército, fue enviado a su base para fotografiar a las Mujeres en Trabajos de Guerra. Recorrió la cadena de montaje fotografiando a las empleadas más atractivas cuando se topó con una chica montando hélices. Le gustó tanto el aspecto de Marilyn, que Conover la envió directamente a Hollywood.
Decepción sin fin
La madre de Marilyn, Gladys, intentó llevar una vida normal. Intentando rehacer su vida, su madre reunió el poco dinero que tenía y compró una casa sólo para ellas dos.
Por desgracia, la pequeña Marilyn era demasiado para ella y Gladys, que ya tenía bastante con lo suyo, se sintió abrumada al intentar mantenerse y cuidar tanto de sí misma como de su hija. Desgraciadamente, pocos meses después sufrió un colapso mental y tuvo que ser internada.